El Escribidor.

jueves, 7 junio 2007

«El Cielo, la Tierra y la Lluvia» – En Rodaje.

Filed under: José Luis Torres Leiva,Posts de la vida.,Posts de Pelicula(s) — Miguel A. Labarca D. @ 9:35 pm

Foto robada del blog de Inti.

A pesar de lo que dije antes, las películas sí se siguen haciendo con algo más que plata. Y luego de un jueves y viernes centrado en la venta, financiamiento y auspicios, fue bueno tener un sábado en terreno. Al aire libre y tras la cámara (o por lo menos cerca).

La noche valdiviana causó un poco más de estragos de los que esperaba. Tomé un desayuno liviano y seguí a Crisis hacia la Isla Teja. Desde el centro, caminas unos pasos cruzando frente al espacio que dejó el hotel ausente y llegas al puente. Me sentía mal, trasnochado y con caña. Pero cruzar fue milagroso. Al otro lado del río estaba repuesto, entero y optimista.

En Valdivia todo está cerca, incluso el campo. El fundo Teja Norte está a pocos pasos de la universidad. El día: perfecto. Combinación de cielo limpio y nubes tamizadoras. Abajo río, praderas y bosques. Caminábamos a la locación de “El cielo, la tierra y la lluvia”, primer largometraje de José Luis Torres Leiva, producido por varios europeos y, en Chile, por Jirafa, la productora valdiviana que también está involucrada en la producción de “Ilusiones Ópticas”, la película de Crisis que vinimos a preparar.

José Luis Torres es algo así como un milagro o, mejor dicho, la promesa de un milagro. Un director santiaguino que no parece ni director ni santiaguino. Pero es las dos cosas y la primera con mucho éxito. José Luis es demasiado tímido y “quitado de bulla” para estar filmando su ópera prima en 35 mm. con tres camiones, dos buses, una cámara supersónica y un equipo de primera aguardando sus instrucciones en las mesetas verdes que rodean Valdivia. Cuenta la leyenda que José Luis partió filmando sus cortos sólo, con una cámara y su papá que lo llevaba a las locaciones en el auto familiar. José Luis es como ese compañero silencioso que se sienta atrás de la sala, escribe cosas raras en su cuaderno y al que nadie pesca ni se acuerda de invitar a las fiestas. Pero las apariencias engañan. De ahora en adelante debieran pescar más a sus compañeros del fondo de la sala. Los cortos de José Luis han arrasado en Europa y su largometraje, antes de rodarse, recibió el apoyo del World Cinema Found, uno de los fondos más prestigiosos que alguien puede ganarse antes de hacer su película.

Pude conocer y, aún más, entrevistar a José Luis hace un tiempo gracias a la edición del DVD “SNOB” en el que su corto “Obreras Saliendo de la Fábrica” estaba incluido. José Luis es la colaboración y la modestia en persona. Su look es de universitario sureño en santiago y cada una de sus palabras parece destinada a disculparlo, no sólo por filmar, sino también por existir. Y así y todo es director de cine, uno de los oficios más jerárquicos y estresantes que conozco. Vuelvo a decirlo: un milagro. Y también un fantástico contra argumento para aquellos que creen en el éxito vía codazos, gritos y zancadillas.

Sin embargo, con todo el cariño que le tengo y aunque haya estado a cargo de SNOB no quiero pecar de idem. Yo el minimalismo extremo que hace José Luis no lo logro entender ni disfrutar del todo. “Obreras Saliendo de la Fábrica” me gustó, pero creo que me gustó a pesar de su lentitud y no gracias a su su lentitud. José Luis es de planos largos, hermosamente armados, casi eternos. Muy pocos diálogos, personajes callados y silencios para escuchar el mundo a través de la pantalla. No apto para impacientes, no recomendable para cinéfilos de fin de semana. Si sientes que Transformers es el estreno del año, es probable que Torres Leiva no sea precisamente tu pedazo de lemon pie. Este tipo de cine, como los erizos o la carne cruda (magnífica en Valdivia), parece ser un gusto adquirido.

La toma que alcanzamos a ver se rodaba en un camino de tierra rodeado de vegetación. Una chica camina hacia cámara; otra chica la sigue, intercambian un par de palabras, una se detiene y la otra sigue caminando. La cámara panea en 180 grados siguiendo a la chica que camina y dejando fuera de campo a la que se detiene. Y el plano dura y se prolonga mientras la chica se aleja por el camino. Y se aleja harto.

Desde que el equipo se dispone a filmarla hasta que el plano está listo deben pasar fácilmente dos horas. Se necesitan como cuatro personas para acarrear la cámara desde la explanada donde están los camiones, la comida y el vestuario hasta el caminito donde se rueda. Cuatro tipos ubican la cámara en posición sin dejar de echar la talla en ningún momento. José Luis se aleja a hablar con las actrices que deben caminar una y otra vez de ida y de vuelta. Sonidistas, productores, foto fija, continuista, asistente de director, asistente de cada uno de los asistentes. Nunca deja de impresionarme la cantidad de gente que hace la diferencia entre la posibilidad de filmar algo y la posibilidad de filmar algo que se vea realmente bien.

Inti Briones, también director de fotografía de “199 Recetas para ser Feliz”, «Tendida Mirando las Estrellas», varias de Ruiz y de un montón de cortos, clips y comerciales, nos contaba que la última semana de rodaje había sido una especie de aterrizaje. Las semanas anteriores fueron una inmersión total en los elementos. Agua, barro, neblina, cerros, mar y despoblado. En Punucapa, Niebla, Corral y otros lugares que suenan a calzoncillo largo y arena mojada.

Algunas hazañas: un plano secuencia de seis minutos, de amanecida, con un zodiac que debía llegar de manera precisa, pero que no llegaba nunca, amenazando con hacer naufragar el trabajo de un día entero. Un dolly que debía construirse a cierta altura y para el que tuvieron que juntar piedras hasta hacer un verdadero muro incásico. Pero la tecnología siempre ayuda: las locaciones fueron estudiadas a fondo con Google Earth y los movimientos del equipo cuidadosamente planificados gracias a los satélites benefactores. Y las hazañas tecnológicas superaron el campo del cine para tocar a la comunidad. Gracias al rodaje, Corral tuvo su primera red de Wi-Fi instalada por la producción de la película. Ignoro si se mantuvo luego de la partida del equipo. Una red de Wi-fi sin un laptop es peor que el árbol que cae en el bosque sin que nadie lo vea.

Los avances de la película al parecer son notables. Aunque no pude sentarme a ver, nos contaron que José Luis, pasando piola y sin hacer ruido ya tiene más de media hora de película montada. El equipo se ve feliz con un director que además de no molestar a nadie, parece tener las cosas muy claras y hacer sus tareas sin demora ni complicaciones. Un lujo para cualquier productor.

Escribí este post el domingo y lo estaba guardando para publicarlo el fin de semana. Pero por guardarlo, perdí la exclusiva. Todos escribieron sobre «El Cielo…» Si eres un Torres-Leiva groupie, puedes leer más en:

El místico blog de Inti (donde hay buenísimas fotos de locaciones y rodaje)
El cinéfilo blog de Maza (un sabueso del celuloide)
El autobiográfico blog de Crisis (director de Ilusiones Ópticas y mi anfitrión en Valdivia)

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