Shyamalan hizo una de fantasmas y bastó y sobró para que su nombre no nos olvidara y lo convirtiéramos, sin segundas consideraciones en un «autor» en el sentido «Courrier-du-cinemístico» y aguardáramos, anheláramos y corriéramos a ver cada una de sus nuevas «entregas» (decir «entrega» es al cinéfilo lo que decir «tema» es al melómano, o sea: un lugar común insufrible, pero, a veces, necesario).
¿Es para tanto Shymalan? Tal vez. ¿Es un «autor» Shymalan? Sin duda. ¿Es un genio Shymalan? Dudoso. ¿Es infalible Shymalan? Eso sí que no. De ninguna manera. (more…)
El Escribidor. 