El Escribidor.

sábado, 31 marzo 2007

Notarios.

Filed under: Posts de la vida.,Profesiones — Miguel A. Labarca D. @ 12:03 am

Una imagen vale más que mil palabras... y una de Quino, por más de diez mil.

La gente hace chistes de abogados y ahora último se ha puesto de moda el conservador de bienes raíces. Pero nadie habla de los notarios. Y no lo puedo entender, porque la sola existencia de los notarios y las notarías es un insulto a la modernidad, a la libertad de mercado y, todavía más grave, al sentido común y al buen gusto.
Veamos:
Un notario es un señor cuya única función consiste en dar fé de que las cosas son como parece que son cuando firmamos para que así sean. Es un trabajo en el que ganas plata básicamente por estar ahí. Las cosas pasan y tu simplemente estás ahí, notando que pasan. Suena inútil. Y lo es. Suena arcaico: algo como escribano, costurera, carbonero o deshollinador; una profesión que en tiempos de mundo plano, Internet 2.0 y terapia génica definitivamente debió haber dejado de existir. Pero existe.
Ahora bien. Si a alguien le pagan SOLAMENTE para dar fé, testificar, notar y observar cosas, uno esperaría que el tipo estuviera atento, ojo al charqui, paseándose cual sargento revisando uniformes en película gringa o por último sentado en una posición alta y con prismáticos, como juez de tenis.
Pero nada. Un tipo cuya única obligación es ser testigo, está siempre encerrado en una oficina, aislado de todo lo testificable, ciego a contratos, herencias, prendas, compromisos y cesiones. He visitado notarías unas veinte veces en mi vida y siempre me atienden unas dependientas con aspecto de cocinera de la fuente alemana, pero sin lomitos ni cosas ricas, sino que con cara de impaciencia y aspecto de incapacidad total para dar fé o testificar ninguna cosa que no haya sacado número y esperado veinte minutos. ¿Y el señor notario? En la oficina, firmando. ¿Y quién da fé? La vieja enojada que te recibe el papel sin mirarlo y lo pone en una ruma secuencial digna de Mr. Ford. Y obviamente te cobra. Por algo que no contribuye en nada a hacer del mundo un lugar mejor.
Perdónenme, pero si la idea tuvo sentido en algún momento, dejó de tenerlo hace mucho tiempo. Tiene que haber una mejor forma de asegurar que tú eres tú, que tu firma es tu firma y que ese maldito contrato es el que en verdad quisiste firmar.
Y lo que no pasaría de ser una anécdota y un mal rato cuando te tocó ir se enturbia cuando sacas la cuenta y piensas cuanto gana una notaría al día, al mes, al año. Y piensas que alguien los designa y perpetúa el sistema. ¿Qué hay que hacer para ser notario? ¿Cualquiera puede serlo? ¿Compiten realmente las notarías? ¿O rentan y funcionan como los pequeños monopolios que parecen?
Sin embargo, señores notarios, no tengo nada personal con ustedes. Es cierto, ganan plata sin hacer lo que se supone que hacen. Es cierto, algo huele mal en Dinamarca. Es cierto, me da rabia cada vez que debo pasar, sacar número, esperar y pagar porque me pongan un timbre. Pero sé que en el fondo, bien en el fondo, ustedes son víctimas de un sistema perverso. Y digo víctimas, porque lo veo con claridad. A pesar de todo, no son ustedes felices. Los he divisado a través de las persianas, solos en sus escritorios enchapados, fuera de época, tapados de papeles, pensando en campos verdes, en libertad, en otro tipo de vida. Pero ahí están, prisioneros de sus propios privilegios, monopolios, dávidas e importancia de papel. ¿Alguien imagina un notario feliz? Yo no puedo hacerlo. Yo imagino siempre un notario con cabeza baja, ceño fruncido y mirada de desencanto.
Un notario que firma sin parar pensando en qué le dirá a su señora cuando vuelva a casa por la tarde y ella le pregunte tiernamente cómo cada día durante los últimos quince años:
– ¿Cómo estuvo el trabajo, gordo?
Y él responda, sin otra alternativa:
– Lo mismo de siempre.
Y no estará, como otros maridos, cambiando de tema. En su caso, como cada día durante los últimos diez años, estará diciendo la pura y santa verdad.

11 comentarios »

  1. He aquí una historia verdadera, para que el escribidor tome nota de ella. No tiene moraleja.

    El papá de un amigo era notario, forrado en dinero, señora, seis hijos, casa de veraneo y camioneta con tracción en las cuatro ruedas.

    Un día un señor hizo la tremenda estafa, con contratos truchos notariados por el papá de mi amigo. Probablemente dicho notario los notarió como quién notaría cualquier cosa, muerto de lata, enchapado en su despacho de pino oregón.

    Resultado: perdió notaría, casa de veraneo y camioneta. Con los pocos pesos que le quedaron puso un servicentro en La Florida. Pero en lugar de ganar plata la plata se fue escurriendo rapidamente, hasta quedar en saldo cero.

    Tomó una pistola y se suicido.

    Actualmente, mi amigo da de comer a mamá y hermanos administrando el servicentro. Paralelamente estudia arquitectura. A fines de este año se titulará.

    Ninguno de sus hermanos ha optado por la carrera notarial.

    Comentarios por Uninvited villian — domingo, 1 abril 2007 @ 2:11 am | Responder

  2. sobre tu historia, que decir, Notable, ademas refleja muy bien lo que muchos sentimos al ir a la Notaria. Sobre el cometario anterior, que pena por la familia de tu amigo.
    Hoy vi violacion de domicilio, tambien notable (excepto el final) pase por aca por si habias escrito algo de eso. Bueno despues hablamos, o mejor dicho nos escribimos. Un abrazo, Leticia

    Comentarios por Leticia Mery — martes, 3 abril 2007 @ 11:44 pm | Responder

  3. ¿Y cuanto dinero se supone que gana de media un notario al mes? ¿Alguien me puede resolver la duda?

    Comentarios por Blanca — jueves, 7 junio 2007 @ 12:38 pm | Responder

  4. esta interesante lo que publicaste ya que muestras tu opinion y tu sentir acerca de los notarios, mas sin embargo se nota que te falta el investigar mas sobre su funcion, la responsabilidad que en ellos recae al firmar documentos y los requerimientos y examenes que tienen que llevar a cabo para llegar a ser uno, no es tan facil y por algo no todos lo son no crees?… y no, yo no soy notario ni pienso serlo, pero aun asi no siento que sea justo expresarse tan vilmente de la gente que lo es, hasta generalizando y afirmando que todos son infelices por serlo; pero bueno para eso se escribe no? para educarse y tener una mente mas amplia sobre la opinion de cada quien, asi que como diria serrat «cada loco con su tema», solamente expreso una opinion mas, asi como lo fue la tuya 🙂

    Comentarios por rox — lunes, 2 julio 2007 @ 1:15 pm | Responder

  5. Una pequeña historia sobre los notarios en Colombia. Hace poco un grupo de ellos golpeó a un concejal a la salida de los baños. Y según se dice la reelección del presidente se compró, en el congreso, con la moneda de curso de algunas notarás. Saludos.

    Vicios notorios

    Las notarías han vuelto a sonar como monedas viejas, preciadas antigüedades que conservan intacto su valor de cambio a la hora del pago de servicios clientelistas. Todos los gobiernos guardan los números de las notarías, como balotas, en una pequeña bolsa negra de terciopelo que van usando según sea necesario. Una para Yidis, otra para Teodolindo, una más para los hermanos Uribes… para que conserven la fe.
    El país ha intentado durante 40 años que las notarías se entreguen siguiendo un concurso de méritos. Primero una ley, luego un artículo de la constitución, más tarde dos sentencias de la corte constitucional exigiendo el concurso. Pero los notarios conocen de sobra la arritmia de los juzgados y son expertos en algunas palabrejas -petitorias, solicitaciones, requerimientos, consultas- que obligan a levantar nuevos pisos sobre las torres grises de los archivadores.
    Cuando todo parecía indicar que iban a tener que responder unas pregunticas sobre su oficio, se soltó una verdadera avalancha a manera de respuesta: 340 tutelas, 1.300 recursos de reposición, 2.200 derechos de petición, acciones de cumplimiento, demandas de inconstitucionalidad, acciones populares. Lo último fue mover una ley, en acuerdo con sus padrinos y beneficiarios en el congreso, para que el valor del examen de conocimientos no fuera de 40 sobre 100 como estaba establecido sino apenas de 25 sobre 100. Además pretendían que el notario reprobado, expropiado, según ellos, tuviera la potestad de elegir al feliz heredero de su franquicia.
    Fue España la que nos legó la venerable institución de los “guardianes de la fe pública”. Dicen que un tal Rodrigo Escobedo fue el primero en ejercer su ministerio de mañas y solemnidades en estas tierras. Venía con Colón y levantó un acta dejando constancia de que los indígenas no habían mostrado desacuerdo alguno frente a la ocupación a nombre de los reyes. No es raro que un cacique haitiano le haya respondido con una lanza a cambio de sus sellos. Es verdad que los escribanos han perdido su pluma y su capa pero conservan un aire de magos turbios detrás de sus cabinas. Sus casas parecen museos de pueblo, siempre bien trapeadas, siempre llenas de antiguallas falsas y puertas prohibidas. También me recuerdan el aire esterilizado de las casas curales y su contraparte de secretos con aliento mohoso. Muchas de ellas amenizan su inercia con bambucos orquestados. Casi 900 notarios despachan en Colombia, entregando su garabato como prueba de nuestros vicios de papel y nuestros demonios de política.
    Un reciente candidato a la alcaldía de Medellín firmó ante notario público sus promesas de campaña. Era claro que no tenía nada que perder. La diligencia no le traería obligaciones sino un simple aval oficinesco. Para la demagogia pomposa sirven las notarias. Y para repartir almuerzos en los domingos de elecciones.
    Pero los notarios no sólo llevan años evadiendo un concurso mientras empapelan juzgados y sirven como tenientes electoreros. Muchos de ellos también son tibios a la hora de reportar las transacciones sospechosas de convertir los dólares narcos en plata blanca. Más de 400 de estos señores y señoras de silla giratoria, reclinable e inamovible han desconocido las circulares y los llamados de atención de la Unidad de Información y Análisis financiera. Les hablan de sanciones disciplinarias y penales y se ríen entre dientes. También la DIAN debe seguir a los resbaladizos de oficio. Cansada de cobrar 1.130 millones que recaudaron 30 notarios intuitivos por concepto de IVA y retención en la fuente, le entregó al Presidente Uribe la lista con sus nombres para que se les impongan sanciones. Nuevas risas. Y ahora resulta que además de todo pueden ser pelioneros a la salida de los baños. Sabíamos que eran marrulleros y lagartos, pero no que mordían.

    Comentarios por ¨Pascual Gaviria — miércoles, 21 May 2008 @ 12:26 am | Responder

  6. Hola buenos dias soy egresada en Derecho quisiera saber como hago para ser notaria… Espero me responda mi inquietud..

    Comentarios por Brenda — domingo, 14 marzo 2010 @ 1:12 pm | Responder

  7. deseo que me corrijan la fecha de nascimiento y la ortografia de mi nombre y apellido

    Comentarios por diana keli — miércoles, 20 octubre 2010 @ 5:49 pm | Responder

  8. es de suma emergencia`porque estoy indocumentada deseo la respuesta lo mas pronto posible
    se le agradece

    Comentarios por diana keli — miércoles, 20 octubre 2010 @ 5:51 pm | Responder

  9. Esto es una tonteria macho los notarios an estudiao para ser felices no ni pa matarse ni pa na los notarios tienen una vida buena grcias a su puesto de trabajo es mejor eso a estar pasando calor en el campo, y no tiene nadie xk matarse los notarios son felices kmo cuankiera yo voi a ser notaria y no x el dinero si no xq me gusta lengua y me gustan las letras macho asiq sin insultar ni nah k la gente no hace cosas pa k le critiken

    Comentarios por si a los notarios — domingo, 26 agosto 2012 @ 1:46 pm | Responder

  10. como se nota que hay gente como vos que tiene tiempo de escribir esta estupidez mientras otros estamos recibiendonos de escribanos! suerte con tu critica al notariado y segui en tu linea de pensamiento capaz que tenes suerte y entras a trabajar en algun mac donals!

    Comentarios por Hanna — domingo, 2 diciembre 2012 @ 3:01 pm | Responder

  11. Muy equivocado amigo, un notario no solo da de de que algo es lo que parece, si no que comprueba que se ajusta a la legalidad que tiene encuenta los derechos de las dos partes y además asesora en caso de que sea necesario, un notario garantiza que lo que se ha hecho es realmente lo que se quería hacer, que no perjudica a ninguna de las partes y que se ajusta a derecho

    Comentarios por Pepe — martes, 12 febrero 2013 @ 2:36 pm | Responder


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