Caso Cerrado.

ATENCIÓN LECTOR DESPREVENIDO: ESTA NO ES LA PÁGINA DE LA DOCTORA POLO. NO ES PARA MANDARLE MENSAJES A LA DOCTORA NI CONTAR SUS PROBLEMAS. ES SOLO UN COMENTARIO DE UN FANÁTICO DE LOS SABIOS CONSEJOS DE LA DOCTORA.

Arrancarse a almorzar a casa un día de semana tiene sus recompensas. La principal, sin duda, es “Caso Cerrado”. Me arriesgo a decir que, con “Tolerancia Cero,” constituyen sendos oasis de inteligencia en el desierto vacío de la televisión abierta. Pero mientras “Tolerancia…” se trata de un ser inteligente y malvado ninguneando a tres menos-inteligentes-pero-muy-informados panelistas, “Caso Cerrado” se trata de la inteligencia y el sentido común enfrentados a la estupidez más absoluta. O sea, mucho más didáctico, más entretenido y, sobretodo, más mejor.
La licenciada Ana María Polo carga sobre sus hombros casi tres mil años de ética judeo-cristiana. La sabiduría de Salomón, la mesura de Aristóteles, la consecuencia de Kant. Y todo eso estudiando leyes -que digo, leyes es poco. Estudiando Derecho por las noches en alguna universidad de Miami. O tal vez por correspondencia; en este caso, la calidad va por dentro.
En su programa, la doctora Polo recibe casos de la vida real. Ejemplo: Jessenia, de 20 años demanda a su padre que trabaja como agricultor en San Diego para que le pague una cirugía de aumento de busto. O Marianela, que demanda a su marido porque ya no soporta que su cuñado viva con ellos en la casa. Dice que el hermano de su marido es un vago y está ahí tomando en el livingroom y en la calle con las gangas. El marido se defiende diciendo que su hermano llegó apenas hace dos años de México y que además es sangre de su sangre y las mujeres no deben opinar de esas cosas.
La doctora Polo escucha un corto momento antes de perder la paciencia. Los hace callar martillando la mesa, reta bien retados a demandantes y demandados (en general lo merecen, en general todos lo merecemos) y dicta su sentencia que invariablemente es justa, precisa, cristalina y ejemplarizadora.
Michelle se debería asesorar con la doctora Polo si quiere terminar exitosamente la reforma procesal penal. De paso podría aprender a hablar sin apuntes y con verdadera convicción y pasión.
Y en cuanto a la educación, es obvio. Deberían mostrar “Caso Cerrado” en los colegios. Mi profesor de Filosofía en el colegio era un Psicólogo. Simpático y todo, pero ¿pueden los psicólogos enseñarnos filosofía y ética? ¿qué tiene en común un psicólogo con un filósofo? ¿que a ninguno le iba bien en matemáticas? ¿Qué uno descubre el vacío esencial de la existencia humana y otro le saca a la madre, lo hace ver manchas y luego le dice que vuelva la próxima semana?… Da lo mismo, nuevamente me disperso. Qué diría un psicólogo si leyera mi blog. En fin. “Caso cerrado” debería ser material complementario. Se quejan de que los niños no leen. ¿Para qué van a leer si pueden ver tele? Yo no aprendí nada de "Martín Rivas". Mejor será que vean, escuchen y, con el tiempo, comprendan a la doctora Polo. Crecerán como personas completas, ciudadanos útiles y profesionales justos. Y RED TV marcará más puntos al almuerzo, lo que, ceteris paribus, es un eslabón más de esta cadena virtuosa.
"Caso Cerrado" – RED TV – 15:00 – Lunes a Viernes